(A la caída del muro de Berlín)
Los hombres no son inmortales
La verdad y los estados son banderas
que ondean se lavan se venden se cambian
y se destruyen
lo que verdaderamente es inmortal
es el fosfato de calcio de los hombres incinerados
y de las grandes columnas de bronce donde terminan
caballos y guerreros poetas reyes y filósofos
lo que realmente quedará a la humanidad
será el aviso que en la esquina grita:
"DEPÓSITO
SE COMPRA CHATARRA"
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